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6 marzo, 2025Tabla de Contenidos
Cada 8 de marzo, las calles se llenan de voces que claman por igualdad, justicia y una vida libre de violencia para todas las mujeres. Pero la lucha no termina en un día. El 8M no es una celebración, es una jornada de memoria, resistencia y exigencia de derechos que aún nos son negados.
Las violencias contra las mujeres adoptan muchas formas, desde la más brutal, el feminicidio, hasta aquellas que se disfrazan de ciencia, como la falta de investigación médica con perspectiva de género. Es urgente hablar de estas violencias y visibilizar cómo atraviesan nuestra vida cotidiana. Y esto es solo la punta del iceberg.
La violencia extrema: Feminicidios que no cesan
Cada día, cientos de mujeres son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres. Los feminicidios son la expresión más cruel y extrema de un sistema que deshumaniza a las mujeres y permite que sus vidas sean arrebatadas con impunidad. A pesar de las leyes, los protocolos y las denuncias, la violencia machista sigue cobrándose vidas, mientras que los sistemas de justicia y seguridad fallan en protegernos.
Desde 2003 hasta diciembre de 2022, se han registrado 1.183 mujeres asesinadas por violencia de género en España. Además, 377 niños han quedado huérfanos y 48 menores han sido asesinados en este contexto. En los últimos 12 años, 62 menores han sido asesinados por sus padres o las parejas de sus madres. Estos datos reflejan la urgencia de seguir exigiendo medidas efectivas para erradicar la violencia machista.
Violaciones grupales: una realidad alarmante
En los últimos años, ha habido un aumento en los casos de agresiones sexuales en grupo. Durante los Carnavales de 2025, se registraron agresiones sexuales en Gran Canaria y Lanzarote, lo que ha generado preocupación entre colectivos feministas. Como ha señalado Nereida Vizuete, de la Red Feminista de Gran Canaria, «ningún espacio multitudinario es seguro para las mujeres» (Cadena Ser). Esta realidad evidencia la necesidad de políticas más firmes para prevenir y castigar estos delitos.
Violencia en la medicina: La invisibilización de los cuerpos femeninos
La violencia contra las mujeres también se encuentra en los laboratorios, en los consultorios y en los sistemas de salud. Históricamente, la investigación médica ha utilizado ratas macho como sujetos de estudio, ignorando que los cuerpos femeninos reaccionan de manera distinta a los tratamientos. Las mujeres han sido sistemáticamente excluidas de ensayos clínicos, lo que ha generado medicamentos y tratamientos que no contemplan nuestras necesidades biológicas y hormonales.
Este sesgo también se refleja en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Por ejemplo, los síntomas del infarto en las mujeres son diferentes a los de los hombres, pero la mayoría de las campañas de concienciación solo muestran los síntomas masculinos. Esto lleva a que muchas mujeres no sean diagnosticadas a tiempo, con consecuencias fatales. De la misma manera, existen enfermedades que afectan predominantemente a las mujeres, como la endometriosis o el síndrome de fatiga crónica, que reciben poca o nula investigación, dejando a muchas mujeres sin respuestas ni tratamientos adecuados.
Necesitamos una medicina que nos tenga en cuenta, que investigue con perspectiva de género y que garantice nuestra salud con el mismo rigor que la de los hombres.
Seguir luchando: Porque la igualdad todavía no es real
El 8M es un recordatorio de todo lo que hemos avanzado y de todo lo que nos falta por conquistar. No basta con reconocer el problema, hay que actuar. Manifestarnos es exigir cambios reales, es hacer que nuestras voces incomoden y generen transformaciones en la sociedad.
Luchamos por las que no pueden hacerlo, por las que nos fueron arrebatadas y por las que vendrán. Seguimos en pie porque la historia nos ha enseñado que el cambio solo ocurre cuando nos unimos y alzamos la voz.
Como dijo Simone de Beauvoir: «No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida».
Este 8M, y todos los días, seguimos luchando. Porque la justicia, la igualdad y la vida digna no pueden esperar.