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Nuestro mundo se vio golpeado hace casi dos años por la pandemia de la COVID-19, que ha cambiado la realidad que nos toca vivir. El coronavirus no solo ha puesto al mundo en jaque en cuanto a salud se refiere, sino que ha agravado la desigualdad y el número de personas con hambre aguda en el planeta.
La actual crisis social y sanitaria, que ha venido a sumarse de manera catastrófica a la crisis económica y medioambiental, que ya convertía la vida de millones de personas en un desafío casi insalvable, empujará a otros 500 millones de personas a la pobreza.Y, si no hacemos algo urgente, el hambre podría alcanzar a más de mil millones de personas en los próximos años.
Pero, por desgracia, estas cifras esconden rostros de seres humanos que no tenemos tiempo ni de mirar ni de tener presentes. Vivimos en una sociedad marcada por el individualismo en la que la desigualdad nos parece algo normal.Y con nuestros comportamientos y actitudes condenamos y marginamos a millones de seres humanos.
Nuestra indiferencia los condena al olvido.
La desigualdad hará invisibles a las persona con menos recursos del planeta y eso no podemos seguir dejando que así sea. Ignorar la dura realidad a la que se enfrentan millones de personas en el mundo, cada día, no es la respuesta. Nuestra indiferencia oculta el rostro de todas estas personas.
No es posible construir un mundo diferente con gente indiferente, Manistil junto a Manos unidades quiere alzar la voz ante la creciente falta de sensibilidad que asola el mundo. Despertar las conciencias anestesiadas para que todos estemos en el mismo lado.
Tenemos que reaccionar, dirigir nuestras miradas, atención y apoyo a todas estas personas que si no serán olvidados y se harán invisibles. Que la pobreza y el hambre no sean invisibles depende de ti.¡Actua!